El Tren de la Costa en Chipiona
Pero aún antes de su concepción, una serie de despropósitos pareció jalonar esta dilatada historia, ya que la articulación de la red ferroviaria de la costa noroccidental de la provincia se produjo en un contexto de lucha por el control del comercio vinícola, especialmente entre las ciudades de Jerez, El Puerto y Cádiz, sin desdeñar el papel de Sanlúcar, interesada en convertir Bonanza en el puerto exportador del vino jerezano.
En el IV Congreso de Historia Ferroviaria, celebrado en Málaga en 2006, los profesores de la Universidad de Cádiz, Julio Pérez, Alejandro Román y Antonio Luis Mazarro, presentaban una comunicación acerca de la influencia del ferrocarril sobre la población de Chipiona, constatando un fuerte crecimiento demográfico entre 1850 y 1930 que permitió duplicar la población rompiendo la barrera de los 4 000 habitantes.
Y de esto sabe mucho nuestro amigo Cristóbal quien todavía recuerda los últimos “trenes uveros” con destino a Alemania, pero también las tolvas de trigo que se cargaban desde el silo del Cerro del Águila, e incluso los claveles que luego a través del expreso de Cádiz se expedían hacia Madrid, sin olvidar el “tren de verano” que en domingos y festivos unía Sevilla con Chipiona, desde San Jerónimo, realizándose el trayecto Sanlúcar-Chipiona en sólo 11 minutos. La instalación de la Base Naval de Rota a partir del convenio de 1953, que introdujo notables mejoras como la renovación de toda la vía y la formación de técnicos, representó posiblemente otra oportunidad perdida ya que con un apeadero dentro de la propia Base, un tren convencional unía Rota con San Fernando cinco días en semana, hasta que Renfe, por falta de material denegó este servicio.
Recientemente, la Asociación Cultural Caepionis, con motivo del 25 aniversario del cierre de la línea del Puerto de Santa María a Sanlúcar, con apeaderos en Peña del Águila, La Ballena y la Jara, organizaba unas jornadas en las que, con la participación del cronista oficial de la Villa, Juan Luis Naval Molero, el Presidente de la Asociación Sevillana de Amigos del Ferrocarril, y el Responsable de Comunicación de Adif, se rememoraba aquel tren de la costa que en un aciago 31 de diciembre de 1984 dejó para siempre de pasar por nuestra estación, entre las protestas de los usuarios, que manifestaban que la línea estaba muerta por los horarios, y la oposición del entonces alcalde Luis Mario Aparcero, que reclamaba otras soluciones para mantener la viabilidad económica de este servicio.
Juan Antonio Garrido Castro
20 de agosto de 2011
20 de agosto de 2011
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