Cuando viajar en tren es sinónimo de lujo
El Transcantábrico y el Al-Ándalus, inspirados en el Orient
Express, son palacios sobre raíles que recorren algunos puntos de la
geografía española.
Viajar en tren se ha convertido en
algo nostálgico. Cada vez son más las personas que eligen el avión o el
coche para desplazarse, ya sea por la rapidez o porque económicamente
sale más rentable. Sin embargo, el tren mantiene ese encanto especial
que nos introduce de lleno en una atmósfera evocadora mientras el
ferrocarril serpentea por las vías métricas. Renfe ofrece varias rutas
en trenes turísticos de lujo, inspirados en el Orient Express,
para acercarse a la geografía española de una manera más especial. La
Ruta Al-Ándalus y la Transcantábrica constituyen otra forma de conocer y
de recorrer algunas de las maravillas del país a bordo de un palacio
sobre raíles. Como decía Machado, “luego, el tren, al caminar, siempre
nos hace soñar”.
En 2015 utilizaron estos trenes de
lujo 1200 pasajeros, de los cuales 800 subieron al Al-Ándalus. El grado
de ocupación que se alcanzó en estas rutas se situó, de media, en el
80%. Respecto al perfil de los viajeros, la media de edad fue superior a
los 50 años y cerca del 50% fueron viajeros nacionales, procedentes
mayoritariamente de Cataluña y Madrid. El resto provenían,
principalmente, de Alemania (10,6%), Estados Unidos (8,5%) y Reino Unido
(8,3%).
Ruta Al-Ándalus
Atravesar campos y
ciudades en un palacio sobre ruedas es un verdadero privilegio. El tren
Al-Ándalus comenzó su andadura en 1983 como “Al-Ándalus Expresso”,
concebido a imagen y semejanza del Orient Expres. Al-Ándalus ofrece un
viaje de lujo por el corazón de la España musulmana. Los coches del tren
fueron construidos específicamente para la monarquía británica, para
sus desplazamientos entre Calais y la Costa Azul. Sus salones,
levantados entre 1928 y 1930, aportan un aire Belle Époque que,
combinado con los últimos avances tecnológicos, permite a los viajeros
disfrutar al máximo de esta experiencia.
Se ofrecen
dos rutas: la extremeña y la andaluza. La primera comprende el paso por
Madrid, Aranjuez, Toledo, Monfragüe, Cáceres, Mérida, Zafra y Sevilla.
La ruta andaluza, en cambio, comienza en Sevilla y continúa hasta Jerez,
Cádiz, Ronda, Granada, Úbeda, Baeza y Córdoba. En cada una de las
paradas, el viajero podrá elegir entre explorar el destino por su
cuenta, unirse a la excursión programada o quedarse en el tren. El
itinerario extremeño tiene una duración de seis días y cinco noches,
mientras que el andaluz se extiende siete días y seis noches.
Uno de los inconvenientes de estos viajes es el precio: desde 3500€
hasta 4400€ por persona en la ruta andaluza y desde 2900€ hasta 3700€ en
la extremeña. Este precio incluye alojamiento, todos los desayunos,
comidas y cenas (incluida la bebida), actividades a bordo, entradas a
museos y espectáculos, excursiones y visitas programadas, prensa diaria y
revistas y un guía multilingüe disponible durante todo el recorrido.
Algunas de las visitas disponibles son la entrada a La Alhambra, al Museo del Aceite de Baena (Córdoba), a una bodega de vino de Jerez, al Museo Nacional de Arte Romano de Mérida y al Parque Natural de Monfragüe.
En cuanto a la gastronomía ofrecida a bordo, las especialidades locales
están presentes durante todo el recorrido y cada zona del itinerario
imprime su carácter a los platos servidos.
Ruta Transcantábrica
Hace tres décadas
nació el tren turístico más veterano de España, el Transcantábrico, un
viaje cultural y gastronómico por la España verde, vinculado a dos
caminos de peregrinos: el Camino Norte, paralelo a la costa, y el Camino
Francés, por tierras castellanas y leonesas. Sus salones y habitaciones
están remodelados y cuidados al máximo para trasladar a los viajeros a
la época dorada de los grandes viajes en ferrocarril.
El viaje puede durar de cuatro a ochos días, según nuestras
preferencias. El trayecto más largo comprende el paso por León,
Cistierna, Guardo, Villasana de Mena, Bilbao, Santander, Cabezón de la
Sal, Santillana del Mar, Arriondas, Oviedo, Candás, Avilés, Gijón,
Luarca, Ribadeo, Viveiro y, finalmente, Santiago de Compostela. Durante
el periplo se visitan lugares tan mágicos como la Villa Romana de la
Olmeda, el Museo Guggenheim, las Cuevas de Altamira, los lagos de
Covadonga y la playa de las Catedrales. Además, el viaje es un recorrido
por la identidad gastronómica de la costa cantábrica y de las tierras
castellanoleonesas. Con respecto a los precios, estos oscilan desde los
1500€ por persona en el trayecto de cuatro días, hasta 3500€ en el de
ocho. Por último, cabe destacar que el Transcantábrico tiene un primo
rico, el Transcantábrico Gran Lujo, en el que, como indica su nombre, el
lujo y la opulencia estarán presentes durante el recorrido. Eso sí, hay
que pagar por ello: 4900€ es el precio por persona para los ocho días.
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