ESTAMPAS ANTIGUAS. La estación de trenes.
7022010Imagen : club ferroviario jerezano
La imagen que en esta nótula se reproduce corresponde a la fachada de la estación de trenes de Jerez tomada en la década de los años 20 del siglo pasado. Poco ha cambiado su fisonomía desde entonces, pese a las obras de reforma, por lo que ahora es fácilmente reconocible su aspecto. Da gusto saber que hay edificios que por su valor estético e histórico siguen igual que antes, precisamente como la diseñara y la construyera el arquitecto Aníbal González. Es por dentro donde más se ha actualizado, especialmente motivado por el cambio de tendencia en el uso de los transportes (ahora se viaja infinitamente más que antes), por el avance de las tecnologías y por la necesidad de aumentar el tráfico ferroviario.
Un poco de historia
En 1856 se constituyó la primera línea de ferrocarril de Andalucía, y una de las primeras de España, entre Jerez y el puerto del Trocadero, en Puerto Real, que tenía una longitud de unos 27 km. El objetivo de esta línea era trasportar las botas de vino hasta el puerto para luego embarcar con destino Reino Unido. En un primer momento se edificó una estación provisional de madera y ladrillo, y con techo de teja. En 1863 se construye una nueva estación, que la Compañía de Ferrocarriles Andaluces encargó al arquitecto León Beau, como era habitual en aquella época, es decir, que los ingenieros que diseñaban la línea férrea también diseñaran las estaciones. Beau levantó un edificio de 103 m de planta que cubría las cuatro vías y que no pretendía destacar respecto de los otros edificios del entorno.
Durante la dictadura de Primo de Rivera se desarrolla bastante el ferrocarril, incluso se llega a construir una nueva línea entre Jerez y Olvera, pero que nunca llegó a ser utilizada de forma efectiva. Se encarga a Anibal González, autor entre otros edificios de la Plaza de España de Sevilla y del Gallo Azul en Jerez, la construcción de una nueva estación.
La imagen de la fachada llega hasta la actualidad, aunque es el tráfico, reordenado tras las últimas reformas urbanísticas de la zona, lo que diferencia a ambas imágenes.
Esta estación, que llega hasta la actualidad, es del estilo habitual de Aníbal González, constituida por una palacete mudéjar y plateresco. Recubierto por una multitud de azulejos, ladrillos a la vista y rejas, todos ellos con motivos que recuerdan a la ciudad de Jerez y a su vino. Los andenes están protegidos por una gran cubierta de metal y cristal. En la actualidad Aníbal González se suele encuadrar en la arquitectura tradicional andaluza, a este respecto el escritor jerezano José Manuel Caballero Bonald llegó a describir su estilo de la siguiente manera: “(…) hizo furor, no sólo en la capital hispalense, sino en su consabida órbita regional de influjos (…) toda la zona se pobló de azulejos, rejas y adornos esmaltados, que acabaron por ser tradicionales a fuerza de imponer un postizo pintoresquismo arquitectónico”.
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